Video: Lezama, el último gran fanático

Marco Bello / Contrapunto.com

Gabriel Rodríguez para www.contrapunto.com

Tal y como el beisbol se ha transformado con los años, también han cambiado sus fanáticos. Resulta difícil imaginar a un fiel seguidor que sólo se dedique a aupar a su equipo, que vaya a donde el club viaje sin escatimar en gastos y otros compromisos. Algo que, según parece, sí podía verse en la pelota de antaño.



Jesús Lezama, el popular “chivita”, tiene y ha tenido por muchos años la chapa del fanático número uno de los Leones del Caracas y es, además, el último sobreviviente de esa extraña especie de seguidor que lo ha dado absolutamente todo por apoyar a su equipo.

“Mi fiebre por el beisbol viene a raíz de lo que hicieron los muchachos del 41”, dijo Lezama en las tribunas que están sobre el dugout de la tercera base en el parque de la Ciudad Universitaria. “Al principio yo viajaba con el equipo costeándome mis gastos. Luego, cuando íbamos a la Serie del Caribe, el equipo lo cubría”, relató.

Por esas fechas, el campeonato de pelota contaba con cuatro equipos: Gavilanes, Pastora, Magallanes y Caracas, según dijo el propio Lezama. En ese torneo “rotatorio”, como él lo llama, en las tribunas reinaba la hostilidad derivada de la pasión por el deporte.



“Se jugaba en Maracaibo, en el viejo estadio olímpico que ahora se llama ‘Alejando Borges’. Ahí me dijeron una vez que si no me iba me lanzaban del balcón para abajo (…), me acuerdo que así murió el fanático número uno del Magallanes, el señor Gustavo Hernández”, recordó el nativo de Tucupita.

“Ya se acabó la guerra de la cerveza y de la concha de la naranja”, dijo Lezama. “Vendían naranjas en la entrada de la tribuna C –en Caracas– y luego que se chupaban el jugo comenzaba la guerra de las conchas”, rememoró.

“Ahora el beisbol es familia. Antes era de puros hombres ‘empaltolados’ y con sombrero, pero ahora vienen mujeres, niños, en fin. Toda la familia. Menos mal que ha mejorado al cien por ciento”.

Quince años como patrimonio

La relación de Lezama con el Caracas data de los años 40. Su afición viene desde que el club tenía por nombre “Cervecería Caracas”, pero es oficialmente patrimonio del club desde hace 15 años. “Gracias al Doctor Prieto Párraga”, cuenta “Chivita”.

Prieto, ahora en funciones de Presidente de la LVBP, no recuerda con exactitud si fue en su gestión que la organización capitalina lo adoptó dentro de sus filas.

“Él está desde hace años. Si él dice que fue con nosotros que comenzó a uniformarse y a ponerse la edad en la espalda pues capaz es así. Es un ícono al nivel de Antonio Armas, Baudilio Díaz –compadres de Lezama– Víctor o Pompello Davalillo”, aseguró la principal autoridad de la Liga.



Su edad, esa que lleva en su espalda, no es impedimento para ver a un lúcido fanático que cada noche levanta su dedo de goma espuma con la bandera Nacional cuando al fondo se escucha el himno de Venezuela.

“Este año llevo el 95 en la espalda. Si Dios me lo permite, el año que viene usaré el 96 y así hasta que él quiera”, sonrió el último de los grandes aficionados a tiempo completo de la pelota local.