Manaure Quintero / contrapunto.com |
Gabriel Rodríguez www.contrapunto.com
No son muchos los comunicadores o periodistas deportivos que pueden desarrollar su trabajo en favor del equipo de sus amores. Estar ligado a un equipo deportivo, en esta oportunidad a uno de beisbol, pasa principalmente por lo económico y casi nunca por lo pasional. Pero en el caso de Atilano Hidalgo Peña los dos puntos de vista, por suerte para él, convergen en el mismo lugar: Los Tiburones de La Guaira.
“Tuve la suerte de estar con este que ha sido mi equipo desde niño”, agradeció con su voz grave y su acostumbrada camisa azul con “La Guaira” en el pecho y el “ATILANO 1” en su espalda. “Tengo mucho que agradecerle a este equipo, porque ellos me dieron la oportunidad de hacerme un nombre”, continuó.
Nieto de don Atilano Hidalgo e hijo de Atilano Hidalgo Rosas, este hombre de 35 años de edad ha logrado absorber de su linaje periodístico las herramientas necesarias para potenciarse, al punto de que el nombre familiar se identifique con la voz y la imagen del equipo, pero también logrando ser el alma de las tribunas en el Universitario.
“Mi abuelo fue periodista de Últimas Noticias. Fundador del Colegio de Periodistas en Vargas. Mi papá se fue más por la radiodifusión y siempre estuvo esa espinita en mí que ahora he podido sacar”, relató, lleno de orgullo, el varguense.
Con su ya popular “Atilano Time”, el animador interno de los Tiburones se ha convertido en uno de los más famosos dentro de la pelota venezolana. Su éxito, cuenta él mismo, va de la mano con su afición desde niño por los Tiburones y su identificación como guaireño; con su pasado como integrante de la Macuto Samba Show –la Samba de los Tiburones- y de haber sobrevivido a la tragedia de Vargas en 1999.
“Luego de la tragedia, donde perdí panas y familiares, juré que jamás me iría de La Guaira. Y estar aquí es en honor a este equipo y a mi pueblo. Soy guaireño y guairista. Soy parte de la afición número uno de la pelota venezolana”, reiteró chochando su mano izquierda contra su pecho.
El amor desbordado por su equipo lo ha llevado a animar las tribunas guairistas durante 13 años. Su respeto y admiración por sus predecesores lo ha honrado no sólo con su nombre en la camisa, tampoco con el tatuaje en la parte interna del antebrazo izquierdo que dice “Atilano #1”, sino que sus dos hijos también llevan el mismo nombre. Atilano es, sin duda, una representación viviente de una verdadera y genuina pasión por los Tiburones de La Guaira.
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