7 mar 2017

Lo violó, lo picó y lo mató

Foto: Google
Gabriel Rodríguez ( @GabUCV )

El amor forzado no existe. "Obligar", cuando se trata de amar, termina irremediablemente en el abuso, en el maltrato, en violación. Eso lo sabe todo el mundo. Eso no es nuevo. 

El amor que brota desde el diamante, único y especial para aquel que desde niño hizo sinapsis con cada lanzamiento, con cada batazo, en fin, con cada detalle de ese amor, no es por la fuerza. 

Hoy, ese niño -que ya es adulto- ve como desde las oficinas del comisionado en las Grandes Ligas se dedican precisamente a golpea, humillar y destrozar por dentro y por fuera la belleza de un deporte que no busca, y nunca ha buscado, enamorar a quien no lo quiere. Que no le importa si lo llaman lento, si lo tildan de aburrido o si lo desprecian por no tener a los más atléticos dentro de sus campos. 


No. El béisbol no busca adeptos. Nosotros llegamos a él y simplemente lo disfrutamos en esencia pura. Disfrutamos sus jonrones, sus atrapadas de feria, los juegos perfectos, los extrainnings -sin que comiencen con hombres en las bases-. Disfrutamos todo. Disfrutamos también, señor Rob Manfred, de la posibilidad de un mal lanzamiento en un boleto intencional por mínimo chance que haya, o del "juego caribe" donde un receptor intenta engañar a quien batea con un hipotético pitcheo intencional, para luego agacharse de sorpresa y pintarle un strike por todo el medio del plato. O por qué no -como lo hizo Miguel Cabrera- que un pitcheo intencional termine en hit gracias a las virtudes  de un bateador habilidoso.

¿Nos terminaremos acostumbrado? Es muy probable. Tal y como la chica abusada termina acostumbrándose a los golpes y las humillaciones. El béisbol, como yo lo entiendo, tiene colisiones en el plato, tiene gozada de ponches, tiene disfrute paso a paso de un largo cuadrangular. También tiene tánganas con sus segundas partes que le dan más morbo. Tiene historia, tiene magia y tiene, sobre todo, humanidad. 


Quien quiere un béisbol más rápido simplemente nunca lo entendió a plenitud. Quien quiere un béisbol más rápido simplemente que cambie de canal y ponga otra cosa. 

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