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| Foto: Cardenales de Lara |
Cuando el beisbol es víctima del llamado “venezolanismo” -sí, en modo despectivo-. Cuando el beisbol pasa por el filtro del desvirtuado cuerpo policial y en respuesta solo recibe una encogida de hombros y un “qué remedio”.
La autopista Valle-Coche da entrada a Caracas a todo aquel que viene del centro y el occidente del país. Su ampliación, sin embargo, ha convertido en un verdadero sufrimiento su transitar. A veces se hace un embudo que reduce el flujo vehicular a un canal, pero otras veces simplemente lo cierran.
Cardenales de Lara, previo al juego ante los Leones del Caracas del
miércoles pasado, cayó en ese segundo panorama. Detenidos en la cola,
conversan con los policías que custodian las obras. “El tipo se subió al
autobús y vio que eran peloteros. Después de tratar de hacerle entender
que íbamos al juego, el tipo nos pidió unas entradas”, dijo un miembro
del equipo de Barquisimeto después de haber llegado al Universitario.
“¿Nosotros qué entradas le íbamos a dar? Lo que hicimos fue darte quinientos bolos que nos pidió ‘pa´ los refrescos’ y nos dio paso”, narró el cardenal mientras movía la cabeza de un lado a otro en rechazo al matraqueo que sufrió.
Al final, Cardenales llegó –tarde-, jugó y ganó el encuentro 2 carreras a 1. Pero más allá de la victoria, a la gerencia de Lara le queda como enseñanza que dentro de su presupuesto tendrá que adjuntar los “quinientos pal refresco”.
“¿Nosotros qué entradas le íbamos a dar? Lo que hicimos fue darte quinientos bolos que nos pidió ‘pa´ los refrescos’ y nos dio paso”, narró el cardenal mientras movía la cabeza de un lado a otro en rechazo al matraqueo que sufrió.
Al final, Cardenales llegó –tarde-, jugó y ganó el encuentro 2 carreras a 1. Pero más allá de la victoria, a la gerencia de Lara le queda como enseñanza que dentro de su presupuesto tendrá que adjuntar los “quinientos pal refresco”.
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