El equipo de fútbol no tiene capital
UCV FC en peligro de Extinción
Gabriel Rodríguez
El deporte ucevista, quizás el aspecto con mayor presencia de estudiantes comprometidos con sus colores, está a punto de recibir una estocada mortal. El equipo de Fútbol, primer campeón del balompié profesional en nuestro país, y que representa a la UCV en la 2da división, está en peligro de desaparecer. Esto se debe a “falta de recursos” según el Rectorado. José Manuel Bello, Gerente del equipo, asegura que “para este momento el equipo no seguirá la próxima campaña”.
Es verdad que el recorte presupuestario a la Universidad afecta a los elementos que en ella conviven, sin embargo hay muchas cosas que quedan en el aire. Según fuentes que laboran en el rectorado, la partida presupuestaria dedicada a deportes es distinta a la del presupuesto universitario general. Además, desde la gestión del Profesor París como Rector de la UCV, se creó el llamado “Proyecto Fútbol”, que recibía dinero exclusivo.
La pregunta que surge de inmediato es: ¿Por qué el Fútbol recibe dinero aparte de los otros deportes? La respuesta es muy clara. Dicho Proyecto Fútbol estaba dedicado únicamente a lo que concierne el UCV FC (El equipo de fútbol de la Universidad) que actúa como equipo profesional adscrito a la Federación Venezolana de Fútbol. Mientras tanto, el resto de los deportes actúan a nivel amateur o universitario (incluido el fútbol).
No obstante, resulta injusto concebir que un deporte tenga más atención económica que los otros. En todo caso, la exigencia de los representantes de las otras disciplinas debería estar enfocados a exigir igualdad de condiciones y en ese sentido, solicitar que se abran proyectos para ayudarlos al igual que el fútbol. Sin embargo, el reclamo ha ido enfocado en quitarle el proyecto al fútbol, es decir, igualdad en la ausencia de recursos.
En todo caso, la Rectora Cecilia García Arocha, junto a su equipo de trabajo, decidieron eliminar el Proyecto Fútbol e incluir los gastos del UCV FC dentro del presupuesto deportivo. Luego de estudiar los gastos, decidieron eliminar el equipo para ahorrar recursos.
Los gastos que conlleva el mantenimiento de un equipo profesional no es cualquier cosa. El torneo de Segunda División es a nivel nacional e implica una serie de gastos. Por ejemplo, en la pasada visita del UCV FC a San Antonio del Táchira se gastaron 23 millones de Bolívares entre traslado, estadía y alimentación, esto según el propio José Manuel Bello.
Por supuesto, ese tipo de gastos atentan contra el trastocado presupuesto universitario y aún más eliminando el antes mencionado “Proyecto Fútbol”. ¿Cómo hacer para sobrevivir entonces?
Ejemplos a seguir
Gracias a la participación del Caracas FC en la pasada edición de la Copa Santander Libertadores, campeonato que reúne a los mejores clubes de América Latina y México, el Gerente del UCV FC logró concretar una reunión con el cuerpo directivo de la Universidad de Chile, prestigioso equipo del balompié chileno. Esto con el fin de entender la dinámica de ese equipo universitario.
“Para mi sorpresa, de los directivos del equipo solo dos tenían relación con la Universidad… trabajaban independiente a la casa de estudio”, dijo Bello. De esta forma, el equipo de Fútbol tiene la libertad de buscar algún patrocinio que les permitan participar en las grandes competiciones profesionales.
Pero entonces ¿por qué no hacer lo mismo? Para hacerlo, es necesario darle Personalidad Jurídica al Club, es decir, crear una empresa con capital propio que permita establecer una base y así poder solicitar patrocinio. Desde el Rectorado ven con temor asumir tal compromiso económico por “falta de recursos”. Este fue el motivo que le dieron a la Gerencia del Club.
¿Y la Fundación UCV?
Es pertinente recordar que la UCV recibe un importante ingreso por el alquiler de sus instalaciones deportivas a equipos profesionales. Los Leones del Caracas y Los Tiburones de la Guaira utilizan anualmente el Estadio Universitario de Beisbol. Además, el Deportivo Italia y el Caracas FC hacen lo propio en el Estadio Olímpico Universitario.
Pedro Castro, representante de la Fundación UCV, ente encargado de administrar los ingresos por concepto de alquiler de los estadios de Beisbol y Fútbol, demuestra los obstáculos burocráticos que, paradójicamente, deben pasar las disciplinas deportivas: “Los interesados tienen que acudir a sus respectivas dependencias para solicitar a través de ellos la posibilidad de presentarnos un proyecto de emprendimiento y así canalizar la ayuda. Nosotros no somos una entidad financiera, y sólo podemos ayudar a quién nos presente un plan sustentable y rentable”
Además, en lo referente al UCV FC, Castro explicó que “no podían hacer nada al respecto. Eso depende de la Dirección de Deportes, que a su vez, depende del Rectorado. Para poderlos ayudar tendría que hacerse la solicitud por esa vía”. Cabe destacar que la Universidad recibe “400 millones de Bolívares Fuertes” por el alquiler, sólo y nada más, del Estadio Olímpico Universitario, esto según el mismo Castro.
Por otra parte, Ricardo “Tigana” Campos, Director Técnico (DT) del equipo, insiste en que las disposiciones universitarias han contribuido al estancamiento del equipo. “Los estatutos de la universidad están obsoletos, eso nos impide tener patrocino, conseguir los jugadores que nos permitan configurar un equipo altamente competitivo… debemos entrar en la nueva era”.
Efecto Dominó
De concretarse la extinción del UCV FC la situación económica del resto de las actividades deportivas quedarían expuestas a tratamientos similares. Por ejemplo, Adrian Guerrero, parte de la plantilla del equipo de Rugby de la Universidad, lo ha sufrido en carne propia: “Antes recibíamos viáticos por parte de la Universidad, pero desde mediados del año pasado nosotros mismos hemos mantenido el equipo”.
El pasado Febrero, el Rugby tuvo que arreglárselas para asistir a una competencia en Mérida. La UCV no se hizo cargo del traslado por “falta de recursos”. Además, la participación de la UCV en los próximos Juegos Venezolanos de Educación Universitaria (Juvines) a realizarse en Barquisimeto, se encuentra en discusión también por “falta de recursos”.
De esta manera, se demuestra que el deporte en nuestra casa de estudios está en un escalón bastante bajo y que nuestros dirigentes están convencidos de que se puede prescindir de ellos sin algún tipo de consecuencia.
La apatía es el peor enemigo
Si bien las decisiones las toman los dirigentes universitarios, los estudiantes nunca han hecho presión para reclamar este tipo de censura. El estudiantado ucevista se está acostumbrando a alzar su voz a favor o en contra del Gobierno Nacional. Marchas a favor de RCTV, contramarchas apoyando dictámenes del Ejecutivo, entre otras cosas similares, han sido los motivos que movilizan a la masa estudiantil.
Los deportes en la UCV no cuentan con el apoyo de sus estudiantes. Hace un par de años, la selección de Beisbol de la Universidad logró su pase a los Juvines tras derrotar en casa a la UNEFA. Ese día, además de los familiares de los peloteros, hubo alrededor de 30 personas sentadas en las sillas que se situaban sobre la cueva ucevista, en cambio, del otro lado, un efusivo grupo que apoyaban a los visitantes podían sumar un centenar o más. Estamos hablando de un estadio con capacidad de 26 mil personas.
Lo mismo ocurre con el UCV FC. Una sutil barra anima los juegos que el equipo efectúa como local, mientras que un pequeño grupo de seguidores observa a “Tigana” y sus muchachos. Quizá en los Interfacultades (también en discusión por “falta de recursos”) es donde se vea más público asistente, aunque tampoco va a la altura de la calidad de los atletas universitarios.
Sin difusión
Parte de la apatía estudiantil podría estar estimulada por la ausencia de difusión a las distintas disciplinas. Durante el recientemente concluido torneo de Segunda División, se podían ver papeles tamaño carta impresos en blanco y negro pegados en los muros de los pasillos, invitando a la comunidad universitaria a asistir a los juegos.
Entre tanto, el departamento de prensa de la Dirección de deportes solo dedica el tiempo suficiente para recoger algunas incidencias del deporte en la UCV, pero no incide en la promoción y publicidad del deporte para el resto de la población que interactúa en el recinto universitario.
Muchas veces se ha utilizado el famoso eslogan de la Universidad Central de Venezuela, “La casa que vence la sombras”. Estas palabras se usan para adornar, criticar, comparar e incluso enaltecer textos y canciones, a tal nivel que se ha convertido en el mayor “lugar común” del dialecto ucevista. Sin embargo, las acciones de los directivos, unido con la enorme apatía estudiantil, sin duda alguna, mantienen a nuestra casa de estudios sumergida profundamente en esas sombras que dice vencer.
La Universidad Central de Venezuela más allá de merecer presencia en todos los estratos sociales, debe estar presente en ellos. Ser mencionados en el deporte, estar presente en las principales ligas profesionales y universitarias del país le da prestigio a una casa de estudios en la que sus directivos se jactan, en muchas oportunidades, de ser la ”principal casa del país”.